23 oct 2008 | By: Copijza

Noticias del Imperio

Por: Ricardo Rocha
Gentileza del VM Rogelio Amaral Barragán

Estados Unidos, la otrora superpotencia mundial, el todopoderoso, está
enfermo. Y tal vez de muerte

También Roma se murió por dentro. Suele ser así cuando el dominio es tan absoluto y la hegemonía tan insensata. No hay modo de matar el monstruo si no es por sus propias tripas.


Ya está sucediendo en Estados Unidos. La otrora superpotencia mundial. La eterna vencedora en sus guerras de película. Los dueños de la patente del american way of life. El país de las ilusiones. El dueño del destino de la raza humana. El único con capacidad para destruir este planeta hasta siete veces, por si una no fuera suficiente. El propietario del gran garrote. El todopoderoso está enfermo. Y tal vez de muerte.


Y no se trata de virus ajenos; son sus propios demonios los que lo devoran: Vietnam, Granada, Panamá, Afganistán y más recientemente la carísima invasión a Irak para quitarle su petróleo. Diez décadas de atropellos so pretexto de ser los ganadores en las dos grandes guerras de la historia.


También un siglo de codicia sin fin. El capitalismo en todas sus modalidades. Un neoliberalismo hipócrita y un monetarismo salvaje que se roban las cosechas, el sudor y la sangre de los más pobres en forma de créditos y otros mecanismos de control absoluto.


Pues ahora resulta que todo ese inmenso y abusivo poderío está al borde del colapso. Y que Estados Unidos vive la peor crisis económica de su historia desde los días de la gran depresión. Tal vez el fin de sus tiempos. Y todo por la avaricia desatada y sin control en ese reino de la especulación, las transacciones tramposas, las riquezas ficticias y la economía ficción. Una gigantesca burbuja que finalmente reventó.


Por eso e independientemente de lo que haya ocurrido ayer en el Senado estadounidense o lo que pueda pasar en los próximos días, hay costos gigantescos: en lo político, el derrumbe de George W. Bush como el peor de los mandatarios que ha habido jamás; la pérdida de la Presidencia para los republicanos y la consecuente llegada de Barack Obama a la Casa Blanca.


En lo económico, es inevitable una etapa recesiva de efectos globales; es probable que se acelere el proceso de potencias emergentes como China; y lo más importante es que es posible que estemos asistiendo al principio del fin de un sistema brutalmente injusto para las mayorías, en beneficio de unos cuantos.


Lo hemos dicho siempre: el gran problema de nuestro tiempo es un modelo económico que provoca la concentración de la riqueza, el aumento incesante de la pobreza y la polarización social que genera tensiones crecientes e insoportables. Un modelo que con el añadido de la corrupción y la ineficiencia se hace todavía más cruel en países como México. Donde por cierto, la versión oficial es que no nos va a pasar nada porque estamos blindados y —como dice el secretario de Economía— "no vale la pena anticiparnos sobre algo que todavía no pasa". Falso, nos vienen años de vacas muy flacas: con una severa reducción en las exportaciones; una baja de muchos miles de millones de dólares en el envío de remesas; una reducción en el crecimiento y cada vez más desempleados.

Y lo más grave es que no hay una estrategia definida para enfrentar esta gravísima crisis. Y menos aún un cambio en el totémico modelo económico. Otra vez, el país a la deriva.


PD. Cuarenta años ya y el 2 de octubre que no se olvida. Y cómo, si la impunidad continúa. Y ahí está Echeverría, suelto, cuando debería estar en la cárcel. En cambio, el 68 —aunque no lo reconozcan sus escépticos— nos dejó una herencia enorme de libertad y democracia. Cuando éramos realistas y exigíamos lo imposible.

1 comentarios:

Jaime Barrera Morales dijo...

EL DERRUMBE DEL CAPITALISMO.

El mundo entero asiste al derrumbe del Capitalismo como fuerza económica, productiva y de relaciones sociales. La promoción de un evento especulativo de mercados de capitales, que parecía meramente una oportunidad para que los analistas económicos obtuvieran pingües ganancias, en un medio capitalista como lo eran los EE.UU., y que no midió el alcance macroeconómico que ello podría tener en el resto de las economías del mundo, terminó por salirse de las manos y generar la catástrofe económica, social y política que se esta viviendo ahora. Y es importante tomar en cuanta los problemas de gobernabilidad que se están generando y que se van a generar en todo el mundo por los retrocesos en el desarrollo económico y social de los que parecían ser países mas avanzados socialmente, en sus niveles de vida. Ni que decir lo que corresponderá a los países emergentes y subdesarrollados en general, la mayoría dependientes de de los otros que tradicionalmente se encontraban mejor, especialmente nuestra querida América Latina.

Es importante detenernos por unos momentos a comprender la causa real de este debacle, que es originado en un juego oportunista y hasta simplista de algunos economistas irresponsables de la banca norteamericana y europea. ( A propósito, ya es hora que se fijen responsabilidades globales a quienes manejan los procesos de análisis económico). Lo que pudo haber sido calculado como un recurso de crecimiento de capitales mediante la promoción de la vivienda como motor de desarrollo económico-capitalista sostenible, en USA, termino llevando a una catástrofe cuya cuantificación solo será posible dentro de algunos años, cuando este desastre termine de asentarse en todas las dimensiones de su alcance.

Es que no solo se trata del daño causado a la sociedad y naciones en general, sino también del retroceso de la calidad de vida que esta civilización había podido acumular. El Neo-liberalismo como expresión política superior del Capitalismo mismo, contiene el secreto de lo que está pasando. Bien es cierto que la acumulación de capitales en manos de unos pocos, en algunas naciones especialmente, exigía la búsqueda de nuevos campos de explotación de los mismos, que no fuera ya el consumo meramente de productos industriales, lo que llevó a que se planteara una ideología que permitía considerar las naciones como bienes de consumo y de mercado macro-económico, y las necesidades básicas naturales de supervivencia, de los grupos humanos que las habitan, como productos de consumo y mercado micro-económicos, en una escala que suponía la sola concentración de intereses en manos de unos privilegiados, creídos estar dotados de una super-conciencia, sustraídos a toda otra realidad humana y natural, con apropiación de los servicios públicos básicos de agua, y energía en sus distintas formas de consumo, y los sociales como la educación, la salud y la seguridad social de la cesantía, las comunicaciones y muchas áreas más.

Ésto, aunado a los intereses mercantilistas de los gobiernos de turno que veían en el libre mercado la tabla de salvación para sus promesas electoreras en cuanto al empleo y la producción interna, fueron la causa política de este meollo. Esto fue lo que originó la venta de los intereses estatales de las naciones bajo gobiernos capitalistas, al mejor postor, o a los grupos de intereses ante los nacionales dominantes, y de gobierno, lo mismo que la atomización de las economías internas en torno a promesas comerciales de mercados potenciales, dando paso a la destrucción de los proyectos de carácter nacionales y creando la visión errada que solo el comercio de mercancías elaboradas era suficiente paliativo para los fenómenos sociales de la desocupación y la manutención de los pueblos mismos. No en balde en esta era Neo-liberal la mayoría de posiciones determinantes en la acción política fueron ocupadas por dirigentes de los gremios de comercio, de las distintas naciones.

Tratados de libre comercio vienen, tratados de libre comercio van, pero como cosa curiosa el grueso de la producción mundial concentrándose, en unos pocos productores que originalmente aparecían como enemigos ideológicos o antagónicos culturales a los occidentales mismos, como el caso de China, India, Corea y Japón especialmente. Pero a los capitalistas neo-liberales, sin interesarles las posibles consecuencias a futuro de sus acciones, en un afán meramente de hacer riqueza, condenaron las industrias locales (nacionales) a un deterioro y abandono, haciendo las economías nacionales totalmente dependientes de los mercachifles de turno, propiciando el des-autoabastecimeinto, el sometimiento de los intereses industriales a proyectos de dependencia mercantilista meramente y olvidando por completo la razón de ser Nacionales y de Estado, en cuanto al cuidado y desarrollo de sus ciudadanos mismos. Básicamente en estas premisas se sienta el desastre que estamos viviendo.

La falta de previsión a futuro por la carencia de un análisis con carácter humanista en la lineación de políticas macro-económicas, en un absoluto desprecio por la condición humana, y en una actitud prepotente hacia el capital únicamente, es por ésto que algo que en su momento se constituía en un mero juego capitalista de tipo cíclico, se torno en un desastre de las magnitudes evidentes.

Ahora más que nunca se requiere un replanteamiento de las relaciones económicas y sociales, especialmente en el carácter de “globalización” de la economía, que estamos viviendo, y en general de todos procesos de relación internacionales y mundiales. Ninguna nación ni ideología puede seguir apropiándose de los derechos humanos que le competen a la humanidad misma, aunque suene a redundancia. Y es que la necesidad de replantear un “Nuevo Orden Económico Mundial” sobre la base de un análisis objetivo a las circunstancias sociales, políticas y económicas reales de cada nación, y de cada región continental que las agrupa, debe ser el objetivo de cualquier proceso macro-económico que se pretenda implementar. Solamente respetando y poniendo de presente los objetivos de desarrollo humano en general, de los pueblos y naciones mismas, podrá reiniciarse una dinámica ordenada, coherente y sostenible a largo plazo.

Todos los intereses representados en los organismos multilaterales regionales y mundiales, como los del BID, y cuya asamblea anual se realizara en Colombia ahora, debe clarificar políticas verdaderamente de ayuda al desarrollo social sostenible, y no a la promulgación de procesos tendientes a implementar sistemas ideológicos de corte capitalista, oportunistas y mediáticos, en la perspectiva siempre que DEMOCRACIA es todo lo que deje hacer al CAPITALISMO lo que se le antoje. Por eso esta reunión que se inicia en la ciudad de Medellín, debe complementar la próxima del grupo G-20, prevista para abril, y de las que deben generarse acciones consecuentes a construir procesos de relaciones económicas y sociales equilibradas y donde el desarrollo humano global sea el motor que de impulso a dichos procesos de relación y no la renta de capital por el capital, a costa de los derechos humanos de los pueblos y naciones que son los afectadas por estas crisis, con claro origen, y hasta a quienes, en un acto de Justicia, las naciones pobres y dependientes que quiebran sus economías (entiéndase crecimiento “cero” y menos) podrían demandar y encontrar resarcimiento a los daños causados, -mínimamente en la condonación de sus deudas-, ocasionados en la venta e imposición de ilusiones capitalistas.

Que el conocimiento de las causas y las consecuencias de los actos que los humanos causemos, sea el verdadero centro de cualquier accionar político y económico, y no el culto mediático al capital y a quienes lo representan, y que este conocimiento sea el espíritu que anime a los futuros participantes y concurrentes a cualquier reunión multilateral y de orden global, para permitir una integración solida, y libre a futuro de la repetición de desastres como el presente, desastres nacidos de la ambición de unos pocos y con la consecuencia mayor a toda la humanidad.


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