22 sep 2008 | By: Copijza

Exhorto fraterno

A LA G.·. D.·.G.·.A.·.D.·.U.·.

FRATERNIDAD MASÓNICA DE BAJA CALIFORNIA


 

A todas las Grandes Logias del país.

A todas las Logias masónicas de todos los ritos y vertientes.
A todos los HH.·. MMas.·. que la presente vieren u oyeren, sabed:


 

Que ante los dolorosos hechos ocurridos en Morelia, Michoacán, México, la noche del 15 de septiembre del 2008, fecha, ciudad y estado meticulosamente elegidos ex profeso para un atentado, en el que, aprovechando la reunión popular para celebrar 'El grito de Independencia', se hicieron estallar artefactos explosivos que llenaron de luto y de dolor no solo a la comunidad michoacana, sino a la sociedad mexicana por entero. Esto nos mueve a expresar nuestro más rotundo repudio a tan abominable e irracional acto  que lastima aún más el cada vez más frágil tejido social que une a los mexicanos. Ante semejantes hechos que marcan un antes y un después
en la historia contemporánea de México, los masones integrantes de esta Fraternidad Masónica de Baja California, las Grandes Logias y Logias que la integran:


EXHORTAN:

A las máximas autoridades de nuestra nación a procurar un remedio real y efectivo en contra de la situación de caos y disolución a la que se está encaminando paso a paso al país. Llevar a los perpetradores ante la Justicia, sí, pero también, repensando el modelo de sociedad que se nos ha impuesto a partir de la década de los 80's en el siglo pasado, que tantas injusticias y pobreza ha venido generando a diestra y siniestra. No es moralmente posible que las cosas sigan por el rumbo que van. Es imperioso atacar las causas de fondo que generan todo este estado de cosas y no contentarnos con meros remedios superficiales o paliativos mediáticos, con imágines diseñadas por publicistas de TV o voces en la radio. Ante esto, los discursos ya no valen. Es tiempo es de que la sociedad mexicana se siente en una Gran Mesa de Diálogo Nacional para redefinir, juntos, el modelo de nación que queremos, en la cual podamos continuar unidos, todos, aún en medio de la mayor y más respetuosa pluralidad y tolerancia


 

Publíquese y difúndase por todos los medios posibles.

Tijuana, Baja California, México, a 19 de septiembre del 2008 E.·.V.·.

Gran Logia Soberana de Baja California, de AA.·.LL.·. y AA.·.MM.·.

Gran Logia de Estado 'Baja California' (Confederada) de AA.·.LL.·. y AA.·.MM.·.

Gran Logia "Benito Juárez" del Rito Nacional Mexicano

Gran Logia "Mario Ramírez" del Rito Nacional Independiente

Gran Logia "Humana

R.·.L.·.S.·. Femenina "Monte Hermón" # 1 B .·.B.·.C.·.

(*) Transmitida a nivel regional y nacional el día de la fecha en la estación de radio "La Tremenda"1030 A.M., en el Programa del periodista Arturo Geraldo y por Internet en el sitio http://www.latremenda1030am.com

1 comentarios:

arturo juarez garcia dijo...

I.•. P.•. H.•.
Saúl Escalante Oyervides
Delegado Provincial para
Valles y Campamentos de Coahuila

S.•. E.•. P.•.

Estimado Hermano,

¿Qué más puedo hacer, mi estimado Saúl, sino felicitarte? ¿Cuántas personas pueden presumir haberme vilmente engañado dos veces? Dos veces prometiste un mundo mejor para la Masonería Coahuilense, dos veces te creí, dos veces colaboré contigo, dos veces salí a predicar la buena nueva, dos veces terminé siendo un crédulo, dos veces resultaste ser todo un excelso embaucador.
Pero a decir verdad, ya la veía llegar esta segunda vez. Ya me lo esperaba porque aprendí a conocerte desde el primer engaño. Ya sabes, los alacranes y las víboras, por más que se disfracen, no pueden cambiar en su esencia; por más que modifiquen su apariencia exterior, siguen siendo lo que son: alacranes y víboras. No es su culpa, es su naturaleza, aunque los lleve a su propia perdición.
Cuando los HH.•. de mi Logia me preguntaron qué creía yo que pudiera pasar en la Gran Tenida de días pasados, les anticipé lo que sucedería con un simple argumento: no puedo imaginarme a Saúl cediéndome el poder; por más que su razón le señale un camino correcto, su naturaleza íntima terminará por prevalecer aunque al final acabe destruyendo lo que justamente pretendía engrandecer. El resto es historia, una vez más el vicio calla a la virtud.
Pero hablando de historia, ¿por qué no hacemos un regreso al pasado no tan lejano? Si no te falla la memoria, recordarás cuando en Enero del 2007 me pediste que me encargará de buscar la reconciliación en el Estado. Me convenciste que ahora sí iba en serio. Poco importa que a un lado estuviera nuestro hermano Francisco, Gran Maestro recién instalado, impasible viéndote dar las órdenes. Al cabo si a él no le molestaba que ni siquiera las formas respetaras, quién era yo para protestar. Desde ese día ya estaba claro quién estaba al mando, y de quién recibiría yo las órdenes. Aún así, me di la molestia de por lo menos tenerlo siempre informado, y de preferencia antes que a ti.
Y, junto con mis Hermanos de la 2 y la 3, nos dedicamos cuerpo y alma, al trabajo de la reconciliación. En realidad sabías que no lo hacíamos por ti, sino por convicción masónica; y por eso éramos tan efectivos en nuestro trabajo masónico. Sabías que en realidad nunca seríamos tus incondicionales, ya que seguimos a la Idea, jamás a la persona. Pero por lo pronto, mientras te era útil, me seguías alentando en nuestra labor. Ya sabías que llegado el momento te desharías de mí, de ese aliado circunstancial con el terrible defecto de ser incorruptible. Y así seguimos hasta llegar a Abril del 2008, cuando reunidos los HH.•. de Coahuila en el Supremo Consejo, dónde se le otorgaría el 33º al H.•. Humberto, me hablaste tres veces por teléfono a mi casa, del 23 al 24.
En tu primera llamada matutina, me requeriste, supuestamente de orden del H.•. Humberto, de enviarte urgentemente por correo electrónico la lista de todos los líderes de las Grandes Logias irregulares del Estado, junto a sus números telefónicos, así como la información respecto al inmueble de la Ave. Constitución, antigua sede de nuestra Gran Logia. Tu segunda llamada, ya tarde en la noche, fue para reclamarme la falta de diligencia de mi parte, y hacerme saber que la primera llamada fue hecha en presencia del H.•. Humberto, como para presionarme. Te contesté entonces que me faltaba un par de teléfonos así como la información respecto al inmueble, ya que el propietario no podría contactarse hasta el día siguiente, temprano en la mañana. Esa misma noche te envié el correo con los datos acumulados hasta ese momento. Ya eran las diez de la mañana del día siguiente cuando acabé de reunir la información solicitada, enviándote el respectivo correo. Entonces te hablé para informarte que había cumplido mi misión. Es en ese entonces que me soltaste la bomba: en plática privada con el H.•. Humberto, supuestamente habían decidido que habría que cancelar las próximas elecciones, designar un Gran Maestro que represente a todos y así evitar mayores fricciones, entre todos los HH.•. del Estado, ya reconciliados. (De hecho estaban poniendo en práctica mi plan de la Ruta para la Reconciliación ampliamente difundido en el Estado) Lo sorpresivo para mí fue lo que siguió: hemos decidido que tú serías el candidato ideal para Gran Maestro.
¿Te acuerdas de mi primera reacción? Me negué bajo el justo razonamiento de que todos pensarían que todo mi trabajo en busca de la reconciliación fue para buscar la Gran Maestría. ¿Te acuerdas que me regañaste por no brincar como un alegre perro en pos del hueso que le lanzan? Yo todavía me acuerdo de tus palabras que me contestaste, como si fuera ayer: Humberto no quiere otro pendejete de Gran Maestro, quiere uno chingonsote que sepa qué hacer y qué decir. ¿De qué pendejete hablabas? ¿de Francisco? ¿de Marco Antonio? ¿de Roberto? ¿o de todos, ya que usaste el término otro, indicando más de uno? Y supongo, porque debiste sentirme aún recalcitrante, me enviaste a mi casa a mi gran amigo de siempre, el H.•. Alejandro, apenas regresando del Supremo Consejo, para personalmente convencerme de las virtudes de tu decisión. La verdad es que de pen… nunca te he acusado, sabías exactamente a quién enviarme para terminar de embaucarme. Con la palabra de mi estimado Alejandro, volví a caer, una vez más, en tu engaño.
Te creí sincero, que de veras querías cambiar el rumbo de la historia de la masonería en Coahuila, y que tendría todo tu apoyo para intentarlo. Que el Filosofismo y el Simbolismo trabajarían juntos en armonía, sin que uno pretenda avasallar al otro, motivo real de la gran mayoría de las divisiones que han destrozado y fraccionado a la Masonería en el Estado. ¿No fuiste tú, reunidos los cuerpos filosóficos en los Valles de Torreón, el siguiente 17 de Mayo, previo a la Gran tenida de Monclova del día siguiente, el que públicamente relató a los asistentes la decisión que habían tomado, y pidiéndoles a todos el apoyo a mi candidatura? ¿Cuando empecé a asustarte?
¿Será cuando el diablito te habló al oído? Yo sé que al intrigoso H.•. Mario nunca le voy a agradar, ¿pero qué culpa tengo yo? Si yo lo audité y le encontré un desfalco en la tesorería de Acacia Nº 8, fue porque así me lo ordenaste tú, públicamente en Tenida Formal (lo de auditarle, no lo del desfalco; eso lo hizo solito). No tengo la culpa tampoco de haber levantado el 18º, ya que así tú me lo ordenaste, cansado ya de las mentiras del H.•. aludido respecto a los supuestos trabajos regulares de un cuerpo que en realidad jamás se levantó, como tampoco el 30º ni el Consistorio. No sé cuál es la naturaleza de tu relación de amor apache con Mario, que dejas que robe impunemente, que dejas que te mienta impunemente, pero ahí te lo dejo para que te siga mintiendo por muchos años más respecto a Cuerpos Filosóficos que supuestamente trabajan, donde la mayor instrucción que reciben es cómo destapar las chelas bien frías.
Pero supongo que realmente empecé a asustarte cuando te dejé en claro que yo nombraría a mi propio gabinete, en particular al Diputado Gran Maestro así como al Gran Secretario, al Gran Tesorero y al Gran Orador. Supongo que entraste en pánico al enterarte que nombraría a una Gran Comisión de Justicia y de Jurisprudencia compuesta de Hermanos que laboran actualmente en los tribunales estatales y federales, suficientemente honrados para que ni siquiera yo pudiera intervenir en el sentido de sus fallos. Supongo que te desagradó sobremanera saber que en el incierto futuro que se te avecinaba ya no volverías a redactar personalmente las sentencias de dicha Gran Comisión, en especial si tú, o tu Logia, era la parte acusada, tal como lo has hecho anteriormente, tal como tú mismo me lo confiaste. ¿Qué esperabas, Saúl? Tu mismo lo dijiste; no quieres otro pendejete, quieres uno chingosote. ¿No es acaso contradictorio querer un Gran Maestro chingonsote pero que a la vez se deje manipular cómo un títere cualquiera, mi estimado titiritero?
No es también contradictorio que privadamente me solicites dar instrucción filosófica a los cuerpos ya que casi nada de ello han recibido en La Laguna, y que públicamente me respaldes en lo dicho, y reafirmes que nadie recibirá aumentos sin la previa instrucción filosófica y una mínima asistencia a los trabajos, para que semanas después terminarás regalando grados a gente que ni siquiera asistía a los trabajos. Curiosamente eran todos partidarios de Mario, y el que no lo fuera simplemente no fue convocado al festival de dádivas en Parras. En realidad no debería extrañarme lo que haces en el filosofismo; no haces más que remedar lo que haces en tu Logia del simbolismo, con tus maestros al vapor, tus chavitos con cola de caballo, arracadas y piercings.
¿Cuando empecé a asustarte? ¿Será que te diste cuenta que no puedes apantallarme con grados, títulos pomposos o cargos honrosos? Pero, Saúl, no creo ser la excepción. ¿Nunca te distes cuenta que nuestra formación Masónica, para los que sí la asimilan, nos hace inmune a los halagos traicioneros? Con promesas de grados compraste muchos votos, pero no todos. ¿Por qué será que no pudiste convencer o comprar a Mario Alberto Morales, Gran Maestro de la otra Gran Logia Benito Juárez, con la promesa de la Diputación de Saltillo? No todos somos como tus muchachos, Saúl. Todavía me acuerdo de ese 17 de Mayo cuando tu cuate Rubén Morales intentaba halagarme anticipándome los honores que recibiría como Gran Maestro. Lo mire con algo de disgusto en mi expresión, y le dije: tu ves honores, Rubén, yo sólo veo broncas, responsabilidades y más broncas. Definitivamente somos de mundos separados. Yo vengo de Marte, ¿y tú?
Es cierto, puedo parecer altanero y orgulloso, pero la realidad es que tengo un defecto que jamás he podido superar: mi escasa tolerancia a la mediocridad, y más tratándose de Maestros Masones. Verás, yo no concibo un Maestro Masón que no sea instruido, cuyos conocimientos adquiridos se reflejan en la bondad y generosidad de su personalidad. Verás, Saúl, no concibo un Maestro Masón que sea ignorante, que sea hipócrita, que sea ambicioso; que se revuelque en la más absoluta mediocridad de conocimientos y actuaciones en su vida. Y para qué hablar de aquellos que han alcanzado lo que debería ser la máxima demostración de su sabiduría: el Grado 33º. No sé si fuiste tú, o los que te precedieron y tú solamente sigues la corriente, pero: ¿dónde quedó el estudio filosófico que nos transformaría en hombres cercanos a la perfección? ¿Tus cuerpos filosóficos reflejan el modelo de virtud al que aspiramos todos? ¿O simplemente son un sindicato nocivo, como los tantos que pululan y sangran a la nación mexicana para beneficio exclusivo de unos pocos? ¿Alguna vez tuviste ideales acaso?
¿No se suponía que después de la Gran Tenida de Mayo debería dedicarme a trabajar intensamente en la reconciliación de los HH.•. del Estado, para que el máximo número de ellos estuviera presente en la Gran Tenida de Septiembre? ¿Acaso tenías miedo que te mayoritearan? ¿Acaso no sabes convencer con otra cosa que no sea la fuerza o la dádiva? ¿Por qué me frenaste? ¿Por qué no le diste curso al ambicioso proyecto que te mandé? ¿Lo archivaste, lo destruiste? ¿Te hice sentir pequeño? ¿Te asustó tanto poder creativo? ¿Acaso alguna vez de veras pensaste en la reconciliación? ¿Acaso has pensado en otra cosa que no sea tu mezquino poder?
Algunos se mueven en la luz mientras que otros se arrastran en la oscuridad. Si por lo menos fueses un déspota ilustrado como un Luis XIV o un Federico el Grande, te seguiría soportando gustoso un mal menor en nombre de un bien mucho mayor, pero ni siquiera a eso llegas. ¿No te das cuenta del abismo entre lo que predicas como Delegado Provincial, y por ende, máximo responsable de nuestra instrucción filosófica, con lo que practicas?
Por cierto, hoy la nación mexicana se encuentra en las mejores condiciones, habidas y por haber. Ya no necesitamos líderes laicos y con conciencia social. Ya no necesitamos de una Institución Masónica, fuerte, sana y unida, que sirva de baluarte para el desvalido y el desprotegido. Ya no hay necesidad de separar la Iglesia del Estado, ni promover la educación pública, ni fomentar el desarrollo equilibrado. Porque en el México de hoy, la justicia social es un hecho; la educación pública supera con creces a la privada, y en particular a la religiosa; la clase media está rebosante de salud, y el hambre ya no acecha las clases bajas, y la clase privilegiada lo es cada día menos. En ese México de fantasía, que no necesita de una genuina Masonería, integrada por genuinos Masones, ya no existe inseguridad pública, ni desconfianza en nuestras instituciones públicas, porque la armonía social es simplemente paradisiaca. En resumen, ya no necesitamos seguir trabajando en bien de nuestros compatriotas.
Reitero una vez más mis felicitaciones por el insuperable maquiavelismo que has demostrado. Lo único triste es que viene de un Delegado Provincial de un Supremo Consejo encargado justamente de instruir en el Arte Real, en la filosofía masónica, que justamente debería enseñarnos a combatir los tiránicos déspotas e ignorantes hipócritas como tú.
Ante tanta bajeza demostrada en tus acciones, sólo me queda rendirme, ya que es imposible, dada mi naturaleza y mi formación, rebajarme a tu nivel. Te imaginas, si sigo tan cerca de ti, ¿qué pensarán de mí tus antiguos compañeros de la Gran Logia Coahuila? ¿Qué terminaría por traicionar la propia Gran Logia que me hizo su Gran Maestro, llevándome de paso el Gran Tesoro? Como dicen, el que traiciona una vez, seguirá traicionando hasta el final de sus días. Más vale pintar de una vez la raya entre nosotros: soy lo que soy, sé lo que sé, sin necesidad de títulos pomposos ni puesto alguno. No necesito la fuerza, ni el soborno, ni la amenaza, en las formas que sean, para convencer, por el simple hecho de que para ello sólo he necesitado la fuerza de mi razón, fruto de décadas dedicadas a la búsqueda del saber.
Por cierto, te pido que aceptes mi Renuncia como Doctísimo Maestro del Cuerpo en Torreón, y de paso del Filosofismo coahuilense que tan indignamente diriges.
De paso me saludas a todos tus achichincles, que ahora me han de odiar más que nunca, ya que ataqué la sagrada figura de su Dios viviente.
Sin otro particular, me despido,


Valle de Torreón, Coahuila, a los 16 días del mes de Septiembre del 2008, E.•. V.•..


Fraternalmente,



___________________________________
José Salvador Zarour Handal

P.D. ¿Ya saben los Hermanos del Estado que el Templo del Blvd. Constitución que prometiste recuperar ya se está rentando a un grupo de empresarios locales? En pocas palabras, otra promesa más con que nos engañaste.


c.c.p. Todos los HH.•. del Estado